Elegia para un nacimiento

Y pensé que me sobraban las palabras

Para cantarle a tu vida y encenderla

Soñé un cuento, una hormiga, una cigarra,

Una caricia de arroz, una de perla.

Y pensé que me faltaban los abrazos

Para esperarte al regreso de una escuela

Soñé un parque tomados de la mano

Soñé tu infancia y un corazón que vuela

Pensé contarte que aun no aprendí nada

Y que en preguntas me deshojes tu asombro

Para decirte que hay sueños y que hay alas

Mientras tocas el sol sobre mis hombros

Pero serás tan solo un germen seco

En el rincón de un vientre tan sombrío

Serás trozo de tela en algún hueco

Porque no haz de nacer, y yo tampoco

Soneto

Escribo sin bretel que me sujete

El impulso combustible de la espina,

Subrayo la razón del inconsciente,

Y mi cuerpo a la vuelta de la esquina.

Reconozco que perdí la huella

De las estampas con santos de yeso,

No me pudo engatusar aquella

Que intento acompañar mi guitarra con queso.

Escribo transitar sin punta y taco

La puntada sin hilo que me infecta,

La rizos de oro que se desafóra.

Escribo de lo puro del tabaco,

De lo malo de la noche sin tormenta,

Y de llegar al fin de la metáfora.

Mi ser desprendido

Tengo cayos en mis dedos,

Mis canciones, mis morteros,

Mis ojos salpicados, mi locura,

Y muy a mi manera, mi cordura.

Tengo mi vuelta de hoja

Caricias clausuradas, manos que las alojan,

Mis tripas corazón, mi guitarrita,

Mi lagrima de cera, fuego que la derrita.

Tengo un oído atento, otro tapado de espera,

Tengo un norte que ilumina, un sur que se desespera,

Un entripado de ideas, un receso,

Una piedad, una obesidad sin peso.

Tengo unos sueños atados

Con pelos de pobre diablo,

Una calvicie, pulmones maltratados,

Cinco minutos de paz, un espejo al que le hablo,

Tengo un zapallo que no es carroza,

Una ceguera, un testamento de prosa,

Perros peleando dentro del pecho,

Y un jardinero que ya no riega el helecho.

Este es mi ser desprendido...

Con él hace lo que quieras.

Idea sobre los sueños

Una vez me sentí perseguido...

Por el tiempo, los sueños y la historia.

Una vez pensé que me moría...

Construyéndome un palacio

Con ladrillos de mentira,

Soñando futuros ostentosos,

A costa de mil virtudes

Que no tengo, ni tenia.

Una vez creí que era más triste...

Que quizás soñar mas bajo

Era procurar fracaso,

Con las alas mutiladas,

Perpetuándome al ocaso,

Sin pupilas dilatadas.

Una vez me sentí ahorcado...

Por el blanco, el negro y la corbata,

Disfrazado de tenerlo todo

Y durmiendo en la cama más barata.

Hoy ya tengo 21, 26 o 38...

Disfrutando incertidumbres

Vivir me sale barato,

Ahora sueño subterráneo

Voy mudando las costumbres...

Y no es desequilibrio

Ni saber donde pararse...

Hablo de otro equilibrio,

Y de aprender a soñar.

¿Qué lo parió?...

al que no siembra anhelos

en su propia cama.

Pero pobre del que sueña

Sin aprender a soñar.

Una vez me sentí perseguido...

Por el tiempo, los sueños y la historia.

Ahora se que nadie vendrá a cobrarme

Lo que no debo.

Soy feliz... y lo que tengo me sobra.

Cuento de la grieta en el pecho

Ampollando la vista

Buscando sendas

Va la grieta del pecho

Manchando vendas.

Alquilo los cajones

De su escritorio

A los juglares tristes

Sin repertorio.

Va la grieta del pecho

Llorando cantos

Ya no tiene garganta

Para otro llanto.

Y las costillas vuelan

Independientes

El esternón es polvo

Incandescente.

Va la grieta del pecho

Por los pantanos

Su carne esta comida

Por los gusanos.

Y los juglares tristes

Sin repertorio

Llenaron los cajones

De su escritorio.

Va la grieta del pecho

Buscando ayuda

Ya nadie colabora

Con la sutura.

Y los juglares tristes

Sin repertorio

Le mandaron canciones

Al sanatorio...

Y los juglares tristes

Sin repertorio

Mandaron sus silencios...

Luego al velorio.

Poema

Cada vez que tengo cerca algun pañuelo

Lo aprieto asi me quita el sudor de las manos

Lo dibujo en el aire sin que acabe en el suelo

Lo trenzo en mil colores con todos mis hermanos.

Cada dia que vuela mi voz en esta selva

Me tosen melodias, muertas, desafinadas

Las tengo entre las manos, entre las cuerdas sueno

Y en sueños grito espadas, grises, desafiladas.

Cada vez que tengo cerca algun pañuelo

Lo elevo en blanco mastil, y que acabe la guerra

Lo lavo de la mierda que traen los pantanos

Lo trenzo en mil colores con todos mis hermanos.