Tengo cayos en mis dedos,
Mis canciones, mis morteros,
Mis ojos salpicados, mi locura,
Y muy a mi manera, mi cordura.
Tengo mi vuelta de hoja
Caricias clausuradas, manos que las alojan,
Mis tripas corazón, mi guitarrita,
Mi lagrima de cera, fuego que la derrita.
Tengo un oído atento, otro tapado de espera,
Tengo un norte que ilumina, un sur que se desespera,
Un entripado de ideas, un receso,
Una piedad, una obesidad sin peso.
Tengo unos sueños atados
Con pelos de pobre diablo,
Una calvicie, pulmones maltratados,
Cinco minutos de paz, un espejo al que le hablo,
Tengo un zapallo que no es carroza,
Una ceguera, un testamento de prosa,
Perros peleando dentro del pecho,
Y un jardinero que ya no riega el helecho.
Este es mi ser desprendido...
Con él hace lo que quieras.
Y que suerte que nosotros te tenemos a vos para que cuentes.
ResponderEliminarAbrazo